domingo, 24 de mayo de 2015

11 tipos de lector

1. El lector promiscuo. 
No duda en abandonar un libro que ha empezado para iniciar otro. No puede evitarlo porque le encanta leer y no sabe decir que no.

2. El lector cascarrabias.
Es exigente y voraz. Aunque no le guste un libro jamás lo deja a la mitad, aun opine que el autor no puede unir dos frases con sentido. Suele lanzar el libro contra la pared cuando lo termina (literalmente).

3. El lector cronológico.
Compra un libro y hasta que termina de leerlo vuelve a la librería por otro. Se atreve a abandonar la lectura de un libro sólo si existe un motivo suficientemente fuerte para dejarlo y siempre lo hace con remordimiento. Es lo opuesto al lector promiscuo.

4. El lector aniquilador.
Los lleva a todas partes.  Quiere tanto a sus libros que ahora están llenos de hojas sueltas, cubiertas rotas o manchadas y páginas amarillentas, por el ajetreo del ir y venir.

5. El lector ocupado I.
Le gustan tanto los libros que incluso compra varios en un mismo momento, pero luego al llegar a casa los coloca en un librero donde pueden pasar un par de meses. Cuando finalmente los lee, lamenta haber tardado tanto en hacerlo.

6. El lector ocupado II
La verdad no le gusta leer, pero le gusta presumir que compra libros.

7. El librófilo
Más que la lectura, lo que este lector disfruta son los libros como objeto. Su olor, sus colores, las páginas amarillentas, los viejos y los nuevos, los considera más una obra de arte.

8. El anti-lector
Piensa que los libros son muy largos y jamás lee.

9. El espíritu libre
Es el adulto que lee libros infantiles, o el niño que lee libros para adultos. Cada vez más la sociedad acepta a estos espíritus libres de la literatura sin el menor sonrojo.

10. El multi-tarea 
Aunque siempre termina los libros, lee varios a la vez y termina confundiendo personajes, nombres y tramas.

11. El lector somnoliento
Su momento favorito de lectura es antes de dormir. Ya cómodo en su cama no consigue mantener los ojos abiertos y despierta en la madrugada sólo para apagar la luz y cerrar el libro.

¿Sabías que leer es un ejercicio muy sano para el cerebro?

No te cuento nada nuevo al decirte que leer es una actividad muy buena para el cerebro por muchos motivos y para todas las edades. Pero, ¿sabes por qué?
La lectura es una tarea que exige que se pongan funcionamiento diversas regiones cerebrales que tienen que funcionar al mismo tiempo, muchas de las cuales están inactivas durante mucho tiempo. Además, resulta curioso saber que esas regiones cerebrales que se ponen a trabajar no son las mismas en todas las edades, sino que, a medida que nos vamos haciendo mayores, van apareciendo nuevas conexiones mientras que otras dejan de usarse. Todo esto se ha descubierto a través de diversos estudios con resonancia magnética.
Este estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Emory que analizaron a 21 estudiantes durante 19 días, mientras leían  Pompeya, de Robert Harris. Los investigadores sometieron a los sujetos a varias resonancias magnéticas tanto antes de leer como durante los días en que estaban leyendo. Ttambién los analizaron cinco días tras finalizar el libro.
El resultado fue que dos redes neuronales se activaron al comenzar con el primer capítulo y se mantuvieron activas durante todo el experimento, incluyendo los cinco días posteriores. Es posible que el hecho lector permanezca activo en el cerebro sin que sea necesario estar leyendo, es decir, que nuestro cerebro siga procesando lo leído en un segundo plano. Lo curioso, y sobre lo que están trabajando, es por qué se expande tanto el efecto, incluso habiendo terminado el libro.
En la Universidad de Washington han demostrado que la lectura afecta a 17 regiones diferentes del cerebro, aunque no siempre al mismo tiempo, y que con la edad hay regiones que se usan menos o cambian. Esto implica que el cerebro está también en constante cambio a la hora de recibir la información a través de la lectura.
Estos estudios nos permiten aventurar conjeturas, como que el hecho de comenzar a leer de jóvenes activa ciertas redes en nuestros cerebros, que luego se mantienen activas a medida que leemos más, y que con la edad dichas redes también van cambiando. Para mi es una especie de gimnasia mental con la que hacer que el cerebro funcione un poco mejor, por lo que no puedo dejar de recomendar empezar a leer lo antes posible y hacerlo de manera frecuente.